domingo, 17 de julio de 2011

EL TAPON

Siempre pensé que nuestro sistema sanitario era de los mejores del mundo. Incluso, en algún momento llegué a comulgar con el tópico de que la sanidad pública contaba con medios materiales de los que jamás podría hacer uso la sanidad privada.

El tiempo, mis circunstancias y las de mi entorno familiar, me han demostrado que eso no es cierto; y que estamos a años luz de lo que debería un sistema sanitario "saneado". Y que por mucho que nos disguste, la sanidad privada es infinitamente mejor y mas barata que la sanidad pública ¿gratuita?.

Ya sé que me diréis que nuestra sanidad es universal y que tiene el mismo derecho a su "sufrimiento" todo ser humano que pulule por nuestro país; sea cotizante, o nó; que cubre un gran porcentaje del costo de los medicamentos, etc .... "virtudes", todas ellas, que se verán diluidas tan pronto como entre el vigor el temido copago (echad un vistazo a lo que ocurre en Italia). Pero la verdadera calidad de la sanidad, va mucho mas allá de eso.

Todo esto no tendría la mas mínima importancia si no fuera porque un puñetero y miserable tapón de cera en mi oído izquierdo, me ha hecho emprender, durante los últimos diez días una peregrinación que, me río yo de la emprendida el año pasado para culminar la ruta Xacobea. Peregrinación que se inicia con la negativa del internista del ambulatorio a retirar el puñetero tapón, advirtiéndome de la importancia de no mojarme el oido hasta el mes de septiembre, en que presuntamente, un otorrino procedería con la complicadisima intervención y evaluaría la posible infección de mi maltrecho oído. Y que ayer por fin terminó, no sin antes pasar por ,las peripecias de un médico intentando justificar la ausencia de jeringuillas lo suficientemente grandes en un ambulatorio,  con la extracción del susodicho tapón por parte de otro internista del mismo centro con la inestimable ayuda de un equipo formado por una gentil y atenta auxiliar de enfermería, y mi mano sujetando una especie de bacín u orinal con forma de riñón con el fín de que los jeringazos de suero fisiológico, precalentado en un microondas, y los pedacitos de cera que expelía mi oído, no fueran a parar directamente a la hombrera de mi camisa

Pero lo lamentable no es la peregrinación y el tiempo perdido, sino la falta de implicación de algunos profesionales y la constatación de la lamentable situación en que se encuentra nuestro sistema sanitario.
Con carencia de equipos básicos en los centros de atención primaria y delimitación de competencias absurdas en un sistema tan complejo. Y no me importa si es competencia municipal, autonómica o ministerial. es competencia de todos reclamar y exigir lo que en justicia es nuestro.

1 comentario:

  1. Desde luego es comprensible tu enfado.

    Pero no puedo estar de acuerdo con el planteamiento general.

    Tenía Sanidad pública, y privada. Francamente para unas urgencias me voy al hospital de la Seguridad Social. Lo mismo para temas con niños, tienen más medios, mejores especialistas, están más actualizados, donde yo vivo si un niño tiene un problema serio lo mejor son los Fisios de la Seguridad Social, que se actualizan y se forman continuamente, los centros privados concertados a los que pueden ir no tienen el mismo nivel, además lo sabe todo el mundo.

    Eso sumado a que tengo muchos amigos estadounidenses, con los que muchas veces he hablado de este tema, y ves el miedo en sus ojos cuando piensan en cambiar de trabajo, porque si no les sale bien se quedan sin cobertura sanitaria. Una chica me contaba que tenía la suerte de que su marido era "generoso" y tenía dinero para pagar los 18.000 dólares anuales que costaba el seguro y ella no tenía ningún problema de salud. Para nada, por supuesto la gestión es mejorable, siempre lo es, y me consta la diferencia que existe entre muchas comunidades, por ejemplo Madrid es un caos, pero en general es mejor lo público.

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