Es cierto que vivimos en una sociedad extremadamente polarizada.
Es cierto que la polarización de la sociedad contribuye notablemente a que la igualdad de género, hoy por hoy, no sea mas que un espejismo.
Es cierto que esta sociedad precisa de un acercamiento entre los polos para alcanzar la anhelada y politizada igualdad.
Hasta aquí, parece que el silogismo discurre dentro de los parámetros de la lógica, y quizá mi siguiente proclamación contribuya a romper esa lógica.
Soy padre; divorciado pero, al fin y al cabo, padre. Y, a mi entender, la lógica del silogismo se rompe cuando la justicia contribuye a que la desigualdad de género habilite a una de las tres partes resultantes de un divorcio, a perpetrar un acto que elimina completamente cualquier posibilidad de relación entre las otras partes.
El fenómeno tiene varios nombres, pero yo me quedo con uno especialmente:"secuestro emocional"
¿Por qué, si un secuestro físico tiene una consecuencia penal importante, cuando lo que se secuestra es el sentimiento de un menor (afecto, cariño, amor, etc.), no se aplican las mas elementales medidas correctoras?.
¿Por qué, generalmente, el padre es menos "igual" que la madre a la hora de ejercitar sus derechos parentales?.
¿Por qué a un padre se le restringe el derecho a recibir los besos de sus hijas/os, mientras que a la madre se le permite utilizar esos besos como un instrumento para manipular la voluntad de la parte mas vulnerable del resultado de la ruptura?.
Por ahora, no voy a intentar dar respuesta a esas preguntas; dejo a vuestra consideración la respuesta a las que consideréis oportunas.
Entiendo que estos planteamientos, no sean compartidos por aquellos que no hayan vivido una situación similar. Y quiero alejarme del resto de condicionantes sociopoliticos que se derivan del concepto de "igualdad"; pero lo cierto, es que me encuentro apartado del cariño de dos seres a quienes dí (junto a su madre), el don mas preciado. Y los colaboradores necesarios para llevar a cabo ese maquiavélico plan, se amparan en el único hecho de que la justicia les tolera el mantenimiento de la situación. Ya que, después de mas 25 denuncias por incumplimiento del régimen de visitas establecido, lo único que he conseguido es que, en el mejor de los casos, se haya condenado a la madre al pago de una multa (que evidentemente paga con el dinero que recibe de la pensión que pago en concepto de manutención de mis hijas).
Confío en que estas reflexiones, susciten algún interés entre los lectores de este humilde blogger. Y confío en que el reflejo de los sentimientos mas intimos en este medio, no os resulten aburridos o desagradables.
.......Que yo no pierda las ganas de vivir, aún sabiendo que la vida es en muchos momentos dolorosa.
Es cierto que la polarización de la sociedad contribuye notablemente a que la igualdad de género, hoy por hoy, no sea mas que un espejismo.
Es cierto que esta sociedad precisa de un acercamiento entre los polos para alcanzar la anhelada y politizada igualdad.
Hasta aquí, parece que el silogismo discurre dentro de los parámetros de la lógica, y quizá mi siguiente proclamación contribuya a romper esa lógica.
Soy padre; divorciado pero, al fin y al cabo, padre. Y, a mi entender, la lógica del silogismo se rompe cuando la justicia contribuye a que la desigualdad de género habilite a una de las tres partes resultantes de un divorcio, a perpetrar un acto que elimina completamente cualquier posibilidad de relación entre las otras partes.
El fenómeno tiene varios nombres, pero yo me quedo con uno especialmente:"secuestro emocional"
¿Por qué, si un secuestro físico tiene una consecuencia penal importante, cuando lo que se secuestra es el sentimiento de un menor (afecto, cariño, amor, etc.), no se aplican las mas elementales medidas correctoras?.
¿Por qué, generalmente, el padre es menos "igual" que la madre a la hora de ejercitar sus derechos parentales?.
¿Por qué a un padre se le restringe el derecho a recibir los besos de sus hijas/os, mientras que a la madre se le permite utilizar esos besos como un instrumento para manipular la voluntad de la parte mas vulnerable del resultado de la ruptura?.
Por ahora, no voy a intentar dar respuesta a esas preguntas; dejo a vuestra consideración la respuesta a las que consideréis oportunas.
Entiendo que estos planteamientos, no sean compartidos por aquellos que no hayan vivido una situación similar. Y quiero alejarme del resto de condicionantes sociopoliticos que se derivan del concepto de "igualdad"; pero lo cierto, es que me encuentro apartado del cariño de dos seres a quienes dí (junto a su madre), el don mas preciado. Y los colaboradores necesarios para llevar a cabo ese maquiavélico plan, se amparan en el único hecho de que la justicia les tolera el mantenimiento de la situación. Ya que, después de mas 25 denuncias por incumplimiento del régimen de visitas establecido, lo único que he conseguido es que, en el mejor de los casos, se haya condenado a la madre al pago de una multa (que evidentemente paga con el dinero que recibe de la pensión que pago en concepto de manutención de mis hijas).
Confío en que estas reflexiones, susciten algún interés entre los lectores de este humilde blogger. Y confío en que el reflejo de los sentimientos mas intimos en este medio, no os resulten aburridos o desagradables.
.......Que yo no pierda las ganas de vivir, aún sabiendo que la vida es en muchos momentos dolorosa.
Es Bueno pero complejo o_O
ResponderEliminarSoy la pareja desde hace 10 años de un hombre divorcido con 1 hijo que ahora tiene 16. Desde el primer día a su lado he vivido en primera persona las consecuencias de una ley que, bajo el supuesto de proteger al menor, es en la práctica una absoluta injusticia y potencia la desigualdad. Cuando el padre quiere ejercer como tal y la ley no se lo permite bajo el supuesto de que estar al lado de la madre da más estabilidad al niño, cuando en algunos casos no tiene porqué ser así, es la forma de convertir a los hijos en moneda de cambio por ley.
ResponderEliminarSe oyen más quejas de mujeres reclamando la "manutención de los hijos" que ayuda para ocuparse de ellos en tiempo y dedicación. En mi caso, cuando mi pareja consiguió lo que realmente deseaba que era estar con su hijo (ahora está 15 días cada mes con nosotros), tras mucho sufrimiento emocional y costes económicos, la madre por sigue recibiendo la "manutención de su hijo" y cualquier intento de reducir 1€ argumentando que el hijo come ahora la mitad de los días en su casa es una batalla legal perdida. Incluso cuando mi pareja no ha tenido ningún tipo de ingreso por estar en el paro, no ha habido forma de alegar nada. ¿Alguien me puede explicar qué gastos de manutención que no tenga el padre, tiene la madre, cuando está el 50% del tiempo con cada uno? Pues no hay forma de conseguir una resolución equitativa.
Mi conclusión es clara: con la manutención del hijo (800€/mes!!!!) se puede vivir. Si la ley te ampara sin mirar el otro lado, sólo te queda apelar a la moral de las partes. Pero en este caso, la otra parte no sabe ni lo que significa la palabra.